martes, 1 de abril de 2014

Amigos. (Efímera amistad).

    Ya entrada la noche, tomó su mochila, y con firmeza salió de casa, dejando atrás todas las comodidades, su familia, sus libros, su vida...,salió sin rumbo, sin mapa, sin brújula, sin futuro. Caminó sin destino durante varios días, durmió a la intemperie con la única compañía de las estrellas. Apuró el último pedazo de pan y prosiguió su marcha, atravesó pueblos que hasta entonces no sabía que existían, y a la salida de uno de ellos, sentado junto al camino, vió a un joven, más o menos de su edad. Se acercó, y vió al chico sacar varias manzanas de su mochila. La mirada le delató, tenía hambre de varios días...-¿Quieres una?, le dijo el muchacho. Él asintió con la cabeza, y se apresuró a tomar una con agradecimiento.No hablaron mucho, más bien se observaron mutuamente.
   -¿Y donde vas por aquí?
   -A donde me lleven los pies, ¿y tu?
   -Yo regreso a casa, ya estoy cerca...
   -Con esas zapatillas no llegarás muy lejos, espera...toma estas botas, yo tengo dos pares..., además tu me diste de comer, éste es mi pago.
   Y juntos continuaron el camino, sin preguntarse por que se fueron de casa, intuyendo que tenían mucho en común, pero poco tiempo para conocerse. Después de dos días atravesando montes, llegaron a un río, al otro lado estaba el pueblo, destino de su ya amigo..., con un poco de tristeza, se despojaron de sus ropas y se dieron un baño, chapotearon largo rato, y rieron, sabiendo que el fín ya estaba cerca. No se preguntaron los nombres, no intercambiaron teléfonos, ni direcciones, sabían que no se verían más...
   -Toma mi pañuelo, te lo regalo...
    Y se alejó camino de casa. Tras andar unos pasos, se volvió y contempló a su amigo anudando su pañuelo azul a la mochila, ese lazo era como el que les uniría a ellos dos para siempre, en el recuerdo, en la distancia, en la nostalgia...
   Y siguió caminando solo...

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