miércoles, 19 de agosto de 2015

Búscame

   Néstor nunca hubiera pensado que un sueño podría cambiarle la vida. Pero aquella sensación única le marcó para siempre.
   Al despertar recordaba un encuentro, una joven se le acercó, le tomó ambas manos y le habló al oído. Al acercarse sus mejillas se rozaron y Néstor sintió un extraño escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
   - Búscame - le dijo - y desapareció,   a la vez que Néstor despertaba sobresaltado.
   No podía quitarse ese sueño de la cabeza, si bien el recuerdo se iba diluyendo, no así la sensación que volvía una y otra vez cada vez que pensaba en ello.
   Ese imperativo, búscame, empezó a ser obsesivo, y, como si una fuerza mayor le impulsara, Néstor lo dejó todo, familia, amigos, trabajo, y salió en busca de un ser del que no dudaba ya de su existencia, y que pensaba que se había manifestado en un sueño por algún motivo, y que él ahora tenía que descubrirlo.
   Solo Sasha sabía de su partida. Su perro fiel, sólo con mirarle a los ojos sabía que se iría, quizás para siempre. Néstor le dió una palmadita en el lomo y se alejó.
   ¿Dónde buscar?. Recordaba vagamente ya el sueño, pero sabía que era una plaza con una estatua ecuestre. Había tantas en su ciudad...
   Sus pasos le llevaron a la Plaza Mayor, la estatua de Felipe III a caballo es, quizá la más conocida de Madrid. Pero no era ese el lugar, la plaza de su sueño era más pequeña. Sacó su teléfono móvil y tecleó en google estatuas ecuestres. Su pantalla se llenó de imágenes de diferentes reyes o militares a caballo. Recorrió los variados lugares que mostraban las fotos. Ninguno parecía ser el que buscaba, tenía la certeza que cuando lo encontrara no tendría ninguna duda, y aunque el recuerdo era ya vago, sabía que reconocería el lugar.
   Recorrió la geografía española sin éxito, pero ésto no le hizo desistir de su empeño.¿Qué extraña fuerza le empujaba a seguir buscando sin descanso lo que parecía una quimera?.
   Tomó un tren a París. Recorrió media Europa hasta agotar todo recurso económico. Su tarjeta de crédito había sido cancelada por el banco. A partir de entonces trabajó en lo que pudo. En el puerto de Amberes cargaba los grandes contenedores que luego eran transportados con grúas al interior de los barcos. Su destino era América...
   Néstor no lo dudó. Su plan era colarse en uno de esos barcos, y él como trabajador portuario tenía acceso a ellos. Entró en una de las bodegas, se acomodó entre contenedores, y pronto sintió moverse el barco rumbo a Nueva York.
       (Continuará...)

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