viernes, 1 de agosto de 2014

Muerte en la Línea 5. (Capítulo IV)

   Arthur había leído en la prensa las muertes de las chicas en el Metro, pero no sabía que dos de ellas eran seguidoras suyas. Se extrañó al ver a la policía en la puerta de la emisora.
   Él facilitó toda la información que le pidieron. Dijo no recordar a ninguna de las chicas.
   Pero ellas habían escrito varios comentarios en su blog, y Arthur les había respondido en varias ocasiones.
   - Escribe mucha gente, y a veces respondo, eso no quiere decir que los conozca, pero hay muchos que son asiduos y tenemos un trato más personal.
   La policía inspeccionó bien cada comentario. Belinda contó con pelos y señales dónde tocaba el violín. Esperaba que Arthur le pusiera en contacto con algún director de música que le diera una oportunidad, o que la escuchara, aunque fuera en el Metro.
   Carmen no hizo muchos comentarios, pero tiempo atrás escribió sobre sus bajadas de azúcar. Fué un día que estuvo a un concierto y tuvo que atenderle el SAMUR. También el día antes de su muerte, comentó que al día siguiente saldría por la Gran Vía, para hacer fotos de edificios históricos de Madrid, para un trabajo de la Facultad.
   La policía dudó..., Arthur tenía demasiada información sobre ellas.
   - ¿Tampoco recuerdas estos comentarios?.
   - Bueno, ahora que los vuelvo a leer, sí..., pero no los relacioné con las chicas del Metro.
   El comisario Ruiz quiso leer con más profundidad cada comentario, esperando encontrar más pistas. Se detuvo al ver una foto. Su cara le era familiar. Junto a la foto de perfil, su nombre, Andrea Hernández. Era la primera chica que murió al caer por las escaleras. Eso ya eran demasiadas casualidades...
   - Arthur Gil, queda usted detenido. Acompañenos a comisaría. Debemos interrogarle.
   - Les aseguro que es un error, ustedes se equivocan. ¡Soy inocente!.

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