miércoles, 1 de abril de 2015

Mi anillo.

   Tengo un anillo con tres minúsculos corazones, me lo regaló mi marido por San Valentín hace más de diez años. Es el único que llevo en mis manos. No me lo suelo quitar nunca. Ayer, noté que tenía la mano hinchada, seguramente por el calor. Me apretaba el anillo, me costó quitármelo, pero pude hacerlo.
   Esta mañana me dí cuenta que no llevaba el anillo. Tengo la costumbre de agarrarlo y girarlo alrededor de mi dedo..., pero el anillo no estaba allí. Y yo no recordaba donde lo había dejado, solo que me lo quité. Estos olvidos míos me hacen preocupar y pensar si no tendré principios de Alzheimer.
   Moví el sofá, miré por todos los rincones, barrí el suelo..., quizás ayer barri y sin querer fué a la basura. Me puse unos guantes de goma y saqué toda la basura de la bolsa, miré minuciosamente entre papeles y desperdicios, y no vi nada. Estaba desesperada. No podía concentrarme en otra cosa. La vista siempre al suelo, por si aparecía por algún rincón.
   Fuí a la habitación para hacer la cama, y al tirar del edredón ví algo brillante, ¡¡mi anillo!!. Me lo puse de inmediato y no creo que me lo quite más. 
   Hay cosas que tenemos y no apreciamos su valor, solo cuando creemos que las perdemos, nos damos cuenta de lo que nos importan. Cosas pequeñas, y grandes cosas..., así como personas cercanas o lejanas, que están ahí, que nos acostumbramos a que estén y que hay que mimar, porque también las podemos perder.
  

1 comentario:

  1. La vida es corta, la memoria es frágil y el corazón se rompe .. Si no apreciamos día a día todos esos pequeños detalles,si no valoramos a las personas que nos roban siempre una sonrisa, si no agradeces lo que tienes hoy, aquí y ahora ... de que sirvió vivir entonces.
    Un beso Encarni

    ResponderEliminar